Superbacterias: problemática y estrategias para combatir la resistencia a los antimicrobianos

Superbacterias y resistencia a los antimicrobianos

El término superbacteria se usa para describir cepas de bacterias que son resistentes a la mayoría de los antibióticos de uso común. Algunas de estas bacterias resistentes incluyen aquellas que causan neumonía, infección del tracto urinario e infección de la piel. Las superbacterias son entonces un asunto de preocupación para la medicina y la salud mundial.

Los antibióticos han sido una parte importante de la medicina moderna desde la década de 1930. El uso de antibióticos ha dado como resultado una mejor salud y una mayor esperanza de vida. Además, ha permitido muchos avances médicos en el ámbito quirúrgico y la atención neonatal. Sin embargo, se ha utilizado antibióticos durante tanto tiempo y tan ampliamente, que muchos de los organismos infecciosos se han adaptado y se han vuelto resistentes a ellos.

La resistencia a los antimicrobianos es un fenómeno natural que puede reducirse, pero por desgracia no se puede detener. Algunas acciones pueden acelerar la aparición y propagación de superbacterias resistentes a los antibióticos. Por ejemplo:

• Uso indebido de antibióticos
• Malas prácticas de prevención y control de infecciones
• Condiciones insalubres en el hogar o trabajo
• Poca higiene en el manejo de alimentos
• Poca higiene en la atención médica

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Cómo se convierte una bacteria en una superbacteria

A nivel molecular, las superbacterias están encontrando maneras de evadir la acción de los medicamentos diseñados para matarlas. Las superbacterias resistentes a los antibióticos no solo sobreviven, también prosperan.

En una población grande de bacterias puede haber células que no están siendo afectadas por un antibiótico debido a la resistencia natural o por mutaciones aleatorias. Cuando se le administra antibióticos a un paciente debido a una infección bacteriana, estas superbacterias sobreviven. Posteriormente, las bacterias se reproducen y no se ven afectadas por los medicamentos. El sistema inmunológico lucha para combatir el ataque, mientras la bacteria Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) abruma a los glóbulos blancos.

La resistencia a los antimicrobianos puede expandirse rápidamente dentro de una población ya que algunas bacterias pueden producir otra generación en tan solo 20 minutos. Además, puede transmitirse de una bacteria a otra por contacto directo o por enlaces tipo puente entre las células.

Los virus llamados bacteriófagos también pueden transferir la resistencia a los antimicrobianos a bacterias estrechamente relacionadas. Los rasgos de resistencia de una bacteria se empaquetan en el virus que infecta la célula y se inyectan en cualquier nueva bacteria que el virus ataque.

Si una cepa de bacterias lleva varios genes resistentes se le conoce como una superbacteria. Las superbacterias como SARM pueden ser un problema ya que pocos antibióticos pueden matarlas o detener su reproducción.

Superbacterias resistentes a antibióticos: un problema global

Las bacterias resistentes a los antibióticos causan 700 mil muertes cada año en todo el mundo. Una revisión del gobierno del Reino Unido sobre la resistencia a los antimicrobianos predijo que este número podría aumentar a 10 millones para el año 2050.

Si se permite que las superbacterias se propaguen, es posible llegar a un punto en que sea demasiado peligroso realizar cirugías como cesáreas y trasplantes debido al riesgo de infección por superbacterias. Esto tendría enormes implicaciones para la salud mundial.

Mientras que las superbacterias actualmente se extienden por los países en desarrollo, los países desarrollados no son inmunes. En 2016, se detectó por primera vez en Estados Unidos una bacteria resistente a todos los antibióticos conocida como cepa panresistente. La paciente, una mujer de 70 años, ingresó al hospital con una infección causada por enterobacterias resistentes a carbapenémicos (ERC).

Si bien las enterobacterias resistentes a carbapenémicos ya habían aparecido en Estados Unidos, esta fue la primera vez que resultaron resistentes a todos los antimicrobianos disponibles. Incluidos todos los aminoglucósidos y polimixinas, considerados antibióticos de último recurso. Así como a la tigeciclina, un antibiótico desarrollado específicamente para vencer a los organismos resistentes a los antimicrobianos. Sin más opciones de tratamiento disponibles, la paciente se deterioró rápidamente y murió.

La creación de superbacterias debido a la resistencia a los antimicrobianos es un grave riesgo para la salud pública mundial. Las infecciones comunes y las lesiones leves que se ha podido tratar durante décadas podrían volver a poner en peligro la vida de millones.

Bacterias grampositivas y bacterias gramnegativas

El equipo internacional de expertos que elaboró la lista de superbacterias más peligrosas instó a los investigadores y compañías farmacéuticas a centrar sus esfuerzos en las bacterias gramnegativas.

La Dra. Nicola Magrini es una científica del departamento de innovación, acceso y uso de medicamentos esenciales de la OMS. La doctora dijo que las compañías farmacéuticas han dedicado más esfuerzos en encontrar antibióticos para las bacterias grampositivas, tal vez porque son más fáciles y menos costosas de desarrollar.

Las bacterias gramnegativas suelen vivir en el intestino humano. Esto significa que cuando causan una enfermedad pueden ser infecciones graves del torrente sanguíneo o infecciones del tracto urinario. Las bacterias grampositivas por lo general se encuentran fuera del cuerpo, en la piel o en las fosas nasales.

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Superbacterias más peligrosas del mundo

En 2017 la Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró un documento con las necesidades de mayor prioridad para los nuevos antibióticos. Además, publicó una lista de 12 amenazas bacterianas divididas en tres categorías: crítica, alta y media.

Las 12 bacterias incluidas en la lista de prioridades se eligió en función del nivel de resistencia a los antimicrobianos que existe para cada una. Otro criterio fue el número de muertes que causan y la frecuencia con que las personas se infectan fuera de los hospitales. Finalmente, por la carga de estas infecciones y su lugar en los sistemas de salud.

Amenazas bacterianas críticas

Acinetobacter baumannii: es resistente a los antibióticos llamados carbapenémicos y puede causar una variedad de infecciones nosocomiales como neumonía, infección de heridas o sepsis.

Pseudomonas aeruginosa: también son resistentes a los carbapenémicos. Estas bacterias pueden causar erupciones en la piel e infección de oído en personas sanas. También infección grave en la sangre y neumonía cuando se contrae por personas muy enfermas en hospitales.

Enterobacterias: resistentes tanto a los carbapenémicos como a otra clase de antibióticos llamados cefalosporinas. Esta familia de bacterias vive en el intestino e incluye bacterias como E. Coli y Salmonella.

Es especialmente relevante que en la lista falta la bacteria que causa la tuberculosis. Esta no se incluyó porque la necesidad de nuevos antibióticos para tratarla ya ha sido designada de alta prioridad.

Amenazas bacterianas altas

Otras seis superbacterias resistentes fueron catalogadas de alta prioridad para la producción de nuevos antibióticos. Esta agrupación representa bacterias que causan una gran cantidad de infecciones en personas sanas. Por ejemplo, la bacteria que causa gonorrea, para la cual casi no quedan tratamientos efectivos.

Las superbacterias consideradas amenazas bacterianas altas según la OMS son:

• Enterococcus faecium, resistente a vancomicina
• Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina y con resistencia intermedia a la vancomicina
• Helicobacter pylori, resistente a la claritromicina
• Campylobacter spp, resistente a fluoroquinolonas
• Salmonella, resistente a fluoroquinolonas
• Neisseria gonorrhoeae, resistente a la cefalosporina y a las fluoroquinolonas

Amenazas bacterianas medias

Finalmente, tres bacterias fueron catalogadas de prioridad media. Esto debido a que se están volviendo cada vez más resistentes a los antimicrobianos disponibles. Este grupo incluye Streptococcus pneumoniae no susceptible a la penicilina. Además de causar neumonía, infección de oído y sinusitis, esta superbacteria  puede provocar meningitis e infecciones de la sangre.

Hay otras dos amenazas bacterianas medias según la OMS. Se trata de  Haemophilus influenzae resistente a la ampicilina (antes Bacilo de Pfeiffer) y Shigella spp, resistente a las fluoroquinolonas.

Esta lista de patógenos prioritarios desarrollada con aportaciones de diversos expertos es importante para dirigir la investigación en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos, una de las mayores amenazas para la salud moderna.

Dentro de unos cuantos años, sin nuevos antibióticos, las muertes por infección de superbacterias resistentes a los medicamentos podrían llegar a 10 millones al año. Sin medicamentos nuevos para tratar infecciones mortales, procedimientos básicos serán potencialmente fatales. Esto incluye la quimioterapia, trasplantes y operaciones de rutina como cesáreas y reemplazos de cadera.

Estrategias para combatir las superbacterias y la resistencia a los antimicrobianos

Se ha demostrado que hasta el 50% de los antibióticos prescritos no son necesarios o no se receta adecuadamente

Es necesario buscar y crear estrategias diferentes para tomar la delantera en la lucha contra las superbacterias. Una de ellas debe ser las herramientas de diagnóstico rápido.

Si se pudiera confirmar rápidamente que una infección fue causada por bacterias y no virus, e identificar el tipo de bacteria y su perfil de resistencia, se podría determinar el antibiótico correcto. Para combatir las superbacterias y la resistencia a los antimicrobianos a través del diagnóstico es necesario:

• Investigación: fortalecer la base de conocimiento y evidencia a través de la vigilancia
• Prevención: reducir la incidencia de infecciones mediante la detección de bacterias multirresistentes y medidas de prevención de infecciones
• Prescripción: disminuir el uso de antibióticos tanto en la salud humana, como la animal
• Educación: mejorar la conciencia y comprensión de la resistencia a los antimicrobianos a través de la comunicación efectiva, la educación y la formación
• Innovación: desarrollar soluciones de diagnóstico de alto valor para combatir enfermedades infecciosas y el aumento de la resistencia
• Vigilancia: realizar un seguimiento de la propagación de patógenos y patrones de resistencia a nivel local, regional, nacional e internacional, utilizando herramientas de vigilancia epidemiológica para respaldar las políticas de antibióticos y control de infecciones relevantes

Los laboratorios de microbiología juegan un papel crucial en la identificación de agentes infecciosos y de cualquier potencial resistencia a los antimicrobianos. Esto puede ayudar a los médicos a definir el tratamiento más adecuado en el menor tiempo posible.

El papel clave del diagnóstico

Las soluciones diagnósticas rápidas y de alto valor médico son una forma importante de guiar el uso eficaz y racional de los antibióticos. Esto es esencial para limitar la aparición de nuevas superbacterias.

Una vez que han surgido cepas bacterianas resistentes, el diagnóstico también desempeña un papel clave para limitar su propagación. Por ejemplo, se puede detectar la presencia o ausencia de un patógeno resistente. Como resultado, se puede aislar al paciente o tomar otras medidas de control de infecciones para evitar o limitar su propagación.

En la actualidad se está recopilando datos moleculares sobre cómo las bacterias se vuelven resistentes a los antibióticos para comprender cómo evolucionan y se expanden. Compartir estos datos con otros expertos a nivel local, nacional y global contribuirá a los avances en este campo. De esta colaboración mundial nos beneficiaremos todos.

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Fuentes

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